sábado, 20 de diciembre de 2008
Estoy frosty
martes, 25 de noviembre de 2008
Usté no diga frío
lunes, 24 de noviembre de 2008
Es otro rollo...
martes, 11 de noviembre de 2008
Mexicanos al grito de ¡guerra!
--María Félix, en una película que no recuerdo, donde la hace de Adelita
Y si algún ultraizquierdista de piel delicada está a punto de mandarme a la madre por la puntualización realizada, llamándome elitista, bonapartista y peligroso analfabeta político en el nombre de un autor de hace como 100 años, pues valiendo madres, que al fin y al cabo este escrito es para mi lector imaginario. Pues bien, como decía, resulta que hubo incluso un himno, en años posteriores, que hablaba de Benito Juárez. Por supuesto, no puedo remitirte, lector, a buenas fuentes, pues todos los datos que cito los extraigo de mi pobre y confundida memoria, tan permeable al olvido.
¿Por qué te hablo de esto, te habrás preguntado? Pues por algo bien sencillo. Mi, supongo que puedo llamarle amiga, Flo, ha comentado recientemente en su espacio (http://flobe11.spaces.live.com) las canalladas a la mente que está cometiendo el Presidente Espútrido… oh, vale madre, me volví a equivocar, Espurio de México, FElipe CALderón, en contra de la moral del pueblo mexicano (¿por qué me fallan las mayúsculas sólo cuando escribo esos dos nombres de blasfemia?).
De acuerdo con su comentario, algunos “artistas de plástico” (me viene a la mente la superbroncota del grupo RBD en contra de Lupita D’Alessio -¿es eso un nombre?-, cuando ésta los llamó así y salieron con todo descaro a decir que son auténticos artistas por tomar clases de canto y baile) han salido en los medios electrónicos a rebuznar que no se puede asustar al pueblo de México, que unidad, que concordia, que tiempos difíciles… Por otro lado, menciona también que hay un promo en el que se ve que por las orillas del mar/sale un viejito a cagar/y se le olvida el papel/¡ay, qué viejito tan güey!...
No, estoy desviándome del tema. Un viejito, de esos que contrata Televisa para proyectar una dignidad que seguro no poseen, el cual contempla con resignación una fuerte corriente que se lleva por el camino del falo sus pertenencias mundanas, donde se postula que hay que tener el valor de “dejar ir”, implicando que lo importante es salvar la vida (yo tendría el valor de “dejarles ir” a los malditos publicistas que idearon esa campaña un “consolador de titanio envuelto en lija para madera” por el recto, según prescribe El Anticristo2007). No abundaré sobre las que me parecen justas preguntas de Flo. Tampoco remitiré al lector a leer el “Protágoras” de Platón, donde al final se hace una interesante disquisición sobre el valor.
Lo que sí haré es un resumen, porque me he desviado. Esta actitud paternalista del Gobierno de México, con sus promos (que en el caso del viejito, me lo imagino en blanco y negro) para “tranquilizar” a la nación, sólo demuestran que la legitimidad es un sueño inalcanzable para Los Pinos. Quieren conmover a la opinión pública (nebuloso ente cuyos representantes son unos cuantos e inaccesibles opinólogos que sólo son públicos en tanto que exhibidos, no en tanto que accesibles) ponderándonos el patriotismo de Juan Camilo Mouriño.
Si Mouriño calificaba como mexicano, entonces la afirmación es falsa: un verdadero patriota iría a cagarse del lado gringo del muro fronterizo en lugar de aumentar su fortuna familiar en un factor de 100 en dos o tres años. Si Mouriño calificaba como español, entonces la afirmación se vuelve verdadera, y el Espútrido entonces se convierte en un traidor por permitir que un extranjero ocupe un puesto que le permite ejercer gobierno, por indirecto que sea, sobre los mexicanos.
Y claro, demuestran su pendejismo dando por hecho que al “pueblo” le preocupa de verdad que el avión del Secretario de Gobernación (un cabrón que seguro torcía el hocico y la nariz cuando por desgracia para él tenía que pararse en algún poblacho) haya caído en una zona cercana a Los Pinos. Según he constatado, a los migrantes a mi alcance no les dice nada el término “Secretario de Gobernación”. No dudo que en México ese güey signifique bien poquito para bien poquita gente.
Dicen los promos que no hay que tener miedo. ¿No? Si a la economía del país se la está cargando la chingada, los narcos cobran peajes y protección en Michoacán, Pee-Wee ha dejado de ser un puñal puberto que apenas habla español para convertirse en un puñal puberto que apenas habla español pero que “apoya” un “sueño”, Gloria Trevi se ha convertido en un modelo a seguir, mueren soldados y policías de todo rango a diario… puta, como que sí hay razones para tener miedo, según yo, más allá de la sospechosa caída del avión del número dos.
Al respecto de la cual abundan las teorías, una de las cuales (tachada de “broma de pésimo gusto” por comentadores omniscientes tipo Fu-Manchú) indica que el piloto, agraviado por el cinismo y la falta de madre de Mouriño, realizó una maniobra kamikaze para llevarse entre las patas al Secretario. Otra apunta a que la ambición del sub-preciso por la riqueza del subsuelo mexicano era tan desmedida, que decidió realizar una exploración en las aguas ultraprofundas del Valle de México empezando por la Fuente de Pemex, que se encuentra realmente cerca del sitio donde el avión tocó tierra. Sobra decir que, si eso es cierto, Mouriño pecó no sólo de ambicioso, sino de pendejo: le falló la puntería. Estas teorías, con sus refutaciones y otras jaladas, las pueden ver en los comentarios a la nota en la página del diario El Universal, http://www.el-universal.com.mx (FE DE RATAS: Lector, me apendejé y te remití al pasquín equivocado. La nota con los comentarios sobre el piloto kamikaze y el pendejismo de Mouriño la podrás encontrar en http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2008/11/08/velocidad-del-learjet-al-impactarse-era-de-500-km-hr-sct )
Y lo del viejito… puta madre, ¿qué se puede decir? Dice Flo que parece implicar que lo importante es salvar la vida, y a la jodida lo material. Con todo lo atractiva que puede resultar esa idea bajo ciertos paradigmas, en el caso presente es una jalada. ¿No se supone que el deber del Gobierno es salvaguardar los intereses materiales de todos los ciudadanos?
Ahora, en vez de eso, debemos estar alegres de no morirnos por la falta de alimento o por el exceso de plomazos; debemos tener “el valor” de “dejar ir” todo con tal de no morir, observar dignamente cómo el producto de nuestro trabajo se convierte en basura que se lleva la corriente. ¿No es esto terrorismo ideológico, una campaña de temor por parte del gobierno para paralizar aún más a una población políticamente indiferente y así poder abusar aún más de ella? ¿No es esto un buen pretexto para convertir a las instituciones que supuestamente deberían protegernos en todo aspecto, no sólo nuestra vida (léase Policía y Ejército), en cuerpos de represión omnipresentes y ahora justificados por mamadas de este tipo? O sea, no mamen.
Pero, como postula algún clásico olvidado del periodismo, para la desinformación, información. O, para una campaña desmoralizante, el antídoto es una campaña moralizante. Fu-Manchú, en un escrito acéfalo que un antiguo conocido tituló con cierta grandilocuencia pero también buen gusto “Visión herética del año 2006” (puedes consultarlo en el blog “Sendero del Peje”, o aquí mismo bajo el título de “Yo no olvido al Año Viejo”), postulaba que México no existe. Esto, por supuesto, se limita al ámbito de lo tangible, puesto que ontológicamente ahí está (Pablo se caga de la risa cuando me meto en el terreno minado de las palabras domingueras).
No he cambiado de opinión. Pero, sabido como es que nomina sunt consequentia rerum, ¿cuál es la cosa? La cosa es que México, aún como ente imaginario, sólo existe gracias a los güeyes que se llaman a sí mismos mexicanos. Sin mexicanos no hay México, si bien puede haber mexicanos sin México, como se ilustra con el caso de los judíos, que pululaban aún sin el Estado de Israel. ¿Alrededor de qué se forma la idea de ser mexicano? Así es, lector, alrededor de símbolos. Y entre más abstractos, mejor (porque penetran mejor el subconsciente), y según Fu-Manchú, unas de las cosas más abstractas son la poesía y la música. Lo cual nos lleva, finalmente, al tema de esta entrada.
¿Cuál es el símbolo por excelencia para los mexicanos? ¿Un pajarote que tengo el valor de “dejar ir” devorándose a una viborilla mientras se espina las patas con un nopal? Por favor, he visto calzones con el Escudo Nacional en el cicirisco. El sentido simbólico de esa imagen, que nunca enseñan en las escuelas, ha sido explicado lúcidamente por Fernando Mier y Terán. ¿La bandera, cuyos tres colores representan (aunque poca gente lo sepa) unión, religión e independencia? Se me hace que tampoco.
Yo creo que el símbolo que significa más para más gente es el Himno Nacional. Poca gente entiende a plenitud la letra (jóvenes y viejos, cómo negarlo. Y si algún ultraizquierdista quiere comenzar a chingar con que soy un bonapartista elitista, émulo de Vasconcelos, admirador de Enrique Krauze, condescendiente con las masas, que hablo de la revolución desde los salones imperiales, lo reto a que salga a la calle y le pregunte a la gente que vaya pasando por ahí qué significa “exhalar en tus aras”), pero por la música y lo que alcanzan a entender de los versos, en general se piensa que el Himno se trata de que hay que ser muy cabrón.
Pues bien, he aquí, al fin, la explicación, justificación y motivo de esta entrada: Fu-Manchú quiere poner un granito de arena con su metafórica voz que nadie escucha para contrarrestar, al menos en tu mundo imaginario, ¡oh, improbable lector!, la campaña de desinformación, desvaloración y desaliento que ha emprendido el Gobierno Mexicano (no nos engañemos, eso son y no otra cosa sus promos destinados a desviar la atención de la gente y achicarle los huevos) en contra del pueblo que debería servir.
¿Y qué hará la voz de Fu-Manchú, Antiguo Maestro de las Siete Montañas de Tláhuac, para ello? Pues bien sencillo. Va a explicar, en términos accesibles para todo niño de secundaria (e incluso, quizá, de primaria… ¿cómo saberlo?), lo que dice el Himno Nacional. Puede que de ese modo, se enteren que el ideal a partir del cual se construye la idea de México es, más que una tórtola comiéndose un gusanillo encima de una tuna, una serie de principios bien sencillos: no te dejes; si te quieren joder, levántate; y si te va a cargar la chingada, que le cueste un huevo y medio levantarte a la cabrona, porque la Patria se compone, se explica, y proviene de todos nosotros. Quién lo sabe, quizá hasta algún adulto pudiera sacar provecho de esta informal explicación sobre las letras del poema que Francisco González Bocanegra escribió luego de unos días encerrado, pensando también en que su prima se las iba a aflojar si ganaba el concurso aquel que mencioné. Entrémosle, pues.
Mexicanos al grito de ¡guerra! (Mexicanos, cuando oigan que gritan ¡guerra!...)
El acero aprestad y el bridón (Preparen su espada y su caballo…)
Y retiemble en sus centros la tierra (Y que hasta debajo de la tierra se sienta el golpe…)
Al sonoro rugir del cañón (Cada vez que dispare el cañón…)
De la paz el arcángel divino (El arcángel –o sea, un ángel muy importante- de la paz…)
Que en el Cielo tu eterno destino (Porque tu destino eterno…)
Por el dedo de Dios se escribió (Lo escribió en el Cielo el dedo de Dios)
Profanar con su planta tu suelo (A meterse en territorio mexicano para atacarte…)
Piensa, ¡oh, Patria querida! que el Cielo (Date cuenta, querida Patria, de que el Cielo…)
Un soldado en cada hijo te dio (hizo que cada mexicano sea también un soldado)
De la Patria manchar los blasones! (Rebajar el orgullo de la Patria!)
¡Guerra! ¡Guerra! Los patrios pendones (¡Guerra! ¡Guerra! Las banderas mexicanas…)
En las olas de sangre empapad (Hay que mojarlas en las olas de sangre –que les vamos a sacar a los que quieran acabar con la Patria; con México, pues-)
Los cañones horrísonos truenen (Que se oigan horribles los disparos de los cañones…)
Y los ecos sonoros resuenen (Y que el eco de los cañonazos suene como…)
Con las voces de ¡Unión! ¡Libertad! (Gritos de ¡Unión! ¡Libertad!)
Bajo el yugo su cuello dobleguen (Y los puedan amarrar como vacas para hacerlos esclavos…)
Tus campiñas con sangre se rieguen (Hay que inundar los campos con la sangre de los que quieren acabar con México… -¡AY, WEY!-)
Sobre sangre se estampe su pie (Y que se vean las huellas de pies mexicanos entre tanta sangre)
Se derrumben con hórrido estruendo (Se caigan haciendo un ruido horrible…)
Y sus ruinas existan diciendo: (Y que ya tirados, parezca que dicen…)
De mil héroes la Patria aquí fue (que aquí era la Patria de muchos héroes)
Exhalar en tus aras su aliento (Dar nuestra vida por ti…)
Si el clarín con su bélico acento (Si la trompeta del ejército, que suena como de guerra…)
Nos convoca a lidiar con valor (Nos llama para pelear con valor)
¡Un recuerdo para ellos de gloria! (¡Que a los que murieron por ti se les recuerde como héroes!)
¡Un laurel para ti de victoria! (¡Patria, que te den la planta del ganador!)
¡Un sepulcro para ellos de honor! (¡Que a los que murieron por ti les den una tumba de héroes!)
Los Siete Bosques de Vancouver, WA
10 de noviembre de 2008, 05:37am PST
martes, 4 de noviembre de 2008
Tan malo el giro
sábado, 18 de octubre de 2008
Cosas (II)
martes, 14 de octubre de 2008
Tragicomedia americana (II)
"Es tal su desesperación, su necesidad, su obsesión de
martes, 7 de octubre de 2008
Tragicomedia americana (I)
One nation controlled by the media.
Information nation of hysteria.
It's calling out to idiot America.
viernes, 29 de agosto de 2008
Cosas (I)
martes, 15 de julio de 2008
Atolito con el dedo
There is a can of chinga tu madre on the table. Serve yourself.
(Hay una lata de chinga tu madre en la mesa. Sírvete)
--Cruzito; Blood in, blood out.
Como quizá se haya escuchado, en este país está la carrera por la siempre metafórica silla presidencial. Así que, mientras la siempre en recesión economía fumanchuítica impide comprar “un seis” de Bud Light (lo cual obliga a beber un vino blanco Valley of the Moon que sabe demasiado a uvas podridas, aunque los enólogos digan que no es tan malo), Fu-Manchú se encuentra en la tele con un evento de la National Association of Latino Elected and appointed Officials (mejor lo dejamos en NALEO) al cual fueron invitados John McCain y Barack Obama.
Como algunos de mis amigos imaginarios sabrán, las preferencias de quien escribe estaban con Hillary Clinton, en especial porque los negros suelen ser racistas (más o menos del modo en que los mexicanos suelen ser transas, las mujeres ojaldras, etc, etc). Pero al final la candidatura demócrata fue para Obama, y en este curioso juego político bipolar de los gringos, con él se encuentran las aspiraciones de la izquierda. Claro que, en los Estados Unidos, se habla de “la izquierda” sólo porque “la derecha” se le asigna al Partido Republicano, no por una verdadera diferencia de aspiraciones u orientación. Pero, por supuesto, los latinos solemos ser mucho más radicales en lo que respecta a la política. No me imagino a un presidente mexicano buscando la reelección o ganando con frases como “Es la economía, idiota”.
Retornando de la digresión, estaba el presidente de la NALEO anunciando a los dos oradores de la noche, McCain y Obama, en ese orden. Desde luego, esta vez no iba yo a contar con la ventaja del Closed Captioning, así que posiblemente algunas de mis ideas estén más erradas de lo normal debido a errores de traducción más graves de lo normal. Pero continuemos mientras este vinito me pone como marinero español a punto de descubrir (la godblesseada) América.
El primer orador (¿o qué? ¿esperaba mi imaginario lector un debate?) fue John McCain. De lo primero que dijo, es que lamentaba que en lugar de debate hubiera ponencias. Debería de ir a México, donde seguramente agradecería lo contrario, es decir, que no hubiera debates. Aclaro que, en México, se le llama “debate” a un duelo donde las armas son, para cada contendiente, un ventilador industrial apuntando a los candidatos en punta y cubetas de 20 litros de mierda.
Después de unos minutos del discurso patriotero estándar sobre la guerra en Irak y demás, McCain hace una de esas promesas de campaña que sólo pueden hacerse en países donde comer en un restaurante buffet cuesta una hora de salario mínimo: se le ocurrió ofrecer 300 millones de dólares a la persona o grupo que invente la primera batería para auto que rinda 200 millas sin tener que recargarse. El muy sesudo equipo de McCain descubre ahora que los huevos de EU están en manos árabes, y aquí otro punto patriotero: Estados Unidos debe recuperar su lugar como líder mundial recuperando su independencia energética. Y habla de generar energía eólica (una de las más populares, debo decir), energía de mareas, energía nuclear.
Evidentemente, la carrera por la transición energética comenzó hace algún tiempo aquí. En este momento la tecnología de los autos híbridos tiene bastantes anuncios en la tele. Y McCain se sube al carro de lo inevitable para llevar agua a su molino, como si la teoría de la conspiración no indicara que el problema de la transición de combustibles ya ha sido resuelto.
Pero es bonito ver cómo en este país siempre le echan confeti a su desmadre. Y en el colmo del cinismo, dice que los proyectos de ley deberían aprobarse por su propio mérito y no por haber convencido a un miembro poderoso del Congreso. ¿Pus no que querían democracia? Claro que los llamados “Padres Fundadores” (Washington, Jefferson y toda esa manadilla que algunos dicen eran masones) no mencionan la palabra “democracia” en toda la Carta Magna gringa. Quizá porque, como decía Washington, “la democracia es el imperio de la turba” (iracunda, desearíamos).
Obama inició su discurso con un grito de “¡Sí se puede!”. Aparentemente, el fantasma ese temible del populismo no es conocido aquí. Entre basura y basura ofrece condonar hasta mil dólares de impuestos a cada familia, para que empiecen a sentir los beneficios de la recuperación económica siendo los primeros en sentir los problemas. Populismo, anyone? En el paroxismo de su apoteosis (o en el pendejismo de su neurosis, no se puede estar seguro) hace el extraordinario ofrecimiento de ser “el campeón de la comunidad latina” (WTF?!).
Según se ve, este carnal es un gran aficionado de la bravuconería y la demagogia. Salvo la mejor opinión de mis… bueno, salvo alguna mejor opinión, diríase que “Gringos, he aquí su Calderón”. Efectivamente, me asustó el parecido. Bravucón, hablador y populista. Una fórmula ganadora. Ciertamente, para los ultraizquierdistas el triunfo de cualquier negro en las elecciones de Noviembre sería un paso contra la discriminación. Pero Fu-Manchú sí discrimina, y cree que pan y circo (y siendo el pan más caro, queda puro circo) es una fórmula ganadora que no debería serlo. Lo vimos en México cuando un pueblo enajenado por las habladas de Felipe Calderón se ganó un presidente que, sencillamente, nunca ha estado a la altura de su boca. Por tanto, esperemos que a los gringos no les pase lo que a nosotros con quien, aparentemente, será el primer presidente gringo negro de su historia.
Y finalmente, lo que todos esperarían en un evento patrocinado por latinos: el tema de la migración. Tanto uno como el otro dijeron cosas MUY parecidas. “Este es un país de migrantes, pero también de leyes”. Mientras que McCain dice que “los 12 millones de ilegales que están aquí también son hijos de Dios” (¿en serio? ¿de verdad? ¿no me engaña? ¿cómo le caerá eso a los ilegales hindúes?), Obama sencillamente los llama “americanos” que no han podido “alcanzar el sueño americano” (¿en serio? ¿de verdad? ¿no me engaña? ¿cómo le caerá eso a los ilegales europeos que desean alcanzar el sueño europeo de fornicar con dos o más putas parisienses en un cuarto con vista al Arco del Triunfo?). Por querer quedar bien sólo con unos quedan mal con todos, o bien por querer quedar bien con todos quedan mal con todos. Ya no se puede estar seguro de cómo interpretar discursos tan interesantes, y tan interesados.
Pero compromisos en firme, claro que los hicieron los dos: dar los primeros pasos para una reforma migratoria integral en los primeros 100 días de su régimen (incluso escribir “Reforma Migratoria Integral” en un papel es un primer paso, ¿no?), multas y regularización. Pero eso sí, reforzando la seguridad fronteriza. Y claro, sin mencionar los pasos que proponen para alcanzar la regularización. Obama garantiza la ciudadanía, primero para los residentes legales y luego (haciendo énfasis en que se tardará más) para los ilegales. Pero tanto él como McCain omiten la pregunta que, además, ninguno de los asistentes les hizo: ¿qué contendrá su iniciativa de ley? Sólo podemos pensar que nos venden, los dos, atole con el dedo.
La verdad es que los migrantes mexicanos aquí en EU somos, en promedio, la misma borregada que somos en México, con la diferencia de que no podemos votar. Por eso es que frente a mexicanos en particular, y latinos en general, tiene arraigo un candidato que no tiene con la raza nada en común que yo pueda ver. Y cuando, producto de la fornicación y lujuria, los migrantes hayan cocinado unos cuantos millones de ciudadanos estadounidenses, les enseñarán a elegir sus candidatos de la manera en que escogen su música (que proyecte poder y dinero: los mexicanos en Vancouver se dividen entre el hip-hop, con putísimas negrísimas con traserísimos y tipos criminalísimos y malvadísimos, y la música sierreña o los corridos, que son igual pero sin negras), en que escogen sus vehículos (que proyecten poder y dinero: troquísimas perrísimas): algo que les permita, que les condone, ser bravucones, aunque les cueste todo su dinero.
Política convertida en juego de imagen, diríase. Aunque… ¿ha sido otra cosa? Se sabe que en Roma, el asunto político dependía de que la propaganda llegase a las masas (“Oye, we, estos juegos gladiatorios están de poca madre” “Sí, we. Deberíamos decir que el Julio César sí es un dios para que los siga haciendo”. Lo pondría en latín, pero a lo mejor no se entendía bien). 2000 años y el negocio no cambia. Curiosamente, todo político que yo conozca siempre promete lo mismo: cambio. Chale.
Fu-Manchú
Los Siete Bosques de Vancouver
14 de Julio de 2008, 02:11 am
PD: Mejor voy a ver la Liga de la Justicia Ilimitada (¡JUAR, JUAR, JUAR!). Este vinito sí está medio tóxico…
Sin novedad
This is it? This is what I broke my back for?
--Tony Montana, Scarface
Por primera vez en un buen rato, Fu-Manchú presiona las teclas de (lamentablemente) una computadora con una chela al lado. Esta cosa insiste en subrayar todas las palabras en rojo, hace un calor de los mil demonios, e inspira una hueva comalesca (de Comala) estirar la mano para apretar el botoncito del control remoto del aire acondicionado. El problema se encuentra parcialmente resuelto porque el muy primitivo Micro$oft Works tiene la opción de activar el diccionario en español. Por lo demás, todo sigue igual.
Como sabrás, único lector, el Anciano Maestro de las Siete Montañas de Tláhuac se ha unido al frenesí migrante que cunde por todo México. Claro que, siendo semilegal, la historia del cruce quizá resulte menos edificante, chusca o divertida para ti de lo que podrías esperar, y más de un tipo tan anodino como quien escribe, pero así son las cosas.
El incidente personal más digno de citar es, quizá, que como dijo Morpheus: “todos se caen la primera vez”. Así pues, imagínate a Fu-Manchú, con cara de malo, descendiendo rápidamente de una camioneta del Holiday Inn en la estación de autobuses de Matamoros, no en el puente que conduce a gringolandia. Un episodio tan hilarante que seguro pronto lo escucharé aquí, transformado por las artes del rumor y la distancia en un chiste de gallegos que emigran a… mmm… España ya es parte de la Unión Europea… mmm… sí, ¡un gallego que emigra a los Estados Unidos!
Bueno, luego de compartir un secreto tan bochornoso, prosigamos. La migración ilegal, luego de hablar con veteranos de varias fronteras, parece ser en general menos trágica de lo que nos quieren vender los políticos, o Televisa. Así es, aunque a los ultraizquierdistas les parezca blasfemia. No se pueden negar las muertes de migrantes a manos de policías, minutemen o a causa de la naturaleza por las rutas por las que suelen pasarlos. La pérdida de una sola vida es inaceptable.
No obstante, debe tenerse presente que son excepciones. Nadie va a evitar la frontera sólo porque López Dóriga, Felipe Calderón o la señora de las quesadillas le dicen que seguramente morirá (y, matemáticamente, lo más seguro es que NO muera). Los migrantes con quienes he podido platicar no se ocupan de las tragedias que, al final, no les han sucedido a ellos. Se preocupan de que en sus casas hace falta dinero. No ven nada trágico ni siquiera en separarse de su familia. La distancia, tanto como los problemas, tanto como la frontera, son asuntos menores para ellos; en promedio piensan más en cómo mejorará la situación de los que dejan atrás que en los peligros que correrán.
Y claro, una vez que se encuentra uno del otro lado de la frontera, las cosas son distintas de como suelen imaginarse. Este país, con todo y que maneja una mayor abundancia, y es más limpio, y un largo etcétera, le produce a Fu-Manchú la impresión de estar prendido con alfileres. Quizá sea porque todo se siente superficial, prefabricado, homogéneo. Quizá ese es el precio que paga una sociedad dominada por el poder corporativo. Por eso México me parece tan lejano, por eso se le extraña tanto.
La churrigueresca versión mexicana de Pedro Navaja pasa en la tele, una escena en la calzada de Tlalpan. Mientras tanto, afuera algunos chamacos aún queman cohetes de los que les quedaron de ayer (4 de julio). Y todo resulta igualmente ajeno. Las carreteras enormes, los aeropuertos, los 6-pack de Bud Light de a $4.28, las casas de madera (aunque éstas no se agrietan con el aire). Aquí no hay los tacos del pinche Cuñao, o el muchacho del café. Todo es en serie: en todos los negocios te sonríen igual, todos te preguntan “How can I help you?” del mismo modo.
Lo rico aquí, como en todas partes, son los detalles. El Jesús que no suelta el balón ni a mentadas de madre; el José y sus múltiples novias gringas que, además, son todas decentes. El Denyon, gringo viejo, que aprendió a decir “mucho platos” como al cuarto intento; el Brandon, gringo joven, que suelta gritos como de Pato Lucas cuando entra en chinga al refrigerador buscando no sé qué madres.
Aquí, todo el mundo desea trabajar como negro. Pero no me malentiendas, lector, no se trata de ponerse una joda trabajando. El asunto es que los negros están sobreconsentidos y a causa de ello prácticamente no se esfuerzan lo más mínimo en el trabajo. La conciencia sucia de la discriminación les ha ganado ese privilegio, supongo. Otro detalle: Shon, un negro de la India, escucha canciones en hindi que, según me explica, dicen cosas como “le pateo los huevos a mi suegro, ja ja; le pateo el culo a mi suegra, ja ja”. Por supuesto, esa canción será pronto publicada en este espacio.
Parqueadero, yarda, carne asada, lonche, morritilla, “se mira”, música sierreña, “comida mexicana” (¡JA!, eso no califica como comida mexicana más que para quien no la conoce), biles (no “bilés”), trocas, el 5, el 35, el 205, la soda, el papayón (Papa John’s). Queremos aprender inglés para que los gringos no nos hagan pendejos, y los gringos quieren aprender español para que nosotros no los pendejeemos. Chale.
Pronto Fu-Manchú extenderá en el suelo su itacate con cosillas de los Estados Unidos. Mientras tanto, sépase que las siete maldiciones de Fu-Manchú caen sobre aquella persona a quien le he escrito dos correos desde este país y no ha contestado. Asimismo, sépase que aquí hay demasiados árboles, que no he estrellado mi carricoche, y que el final de Pedro Navaja es decididamente anticlimático. Otra Bud Light se acaba, y es hora de guardar este archivo.
Fu-Manchú
Los Siete Bosques de Vancouver
6 de julio de 2008, 10:21 pm