Pues sí, estimado lector, como te comentaba, eso de las relaciones interpersonales es una gigantesca mamada. Alguna vez, algún güey de cuyo nombre no logro acordarme decía que "entre más conozco a la gente, más quiero a mi perro". Por supuesto, no tengo mascotas ni nada parecido aquí. Pero igualmente, tampoco hay nadie con quién hablar. Esto es, hablar satisfactoriamente. Verás: la gente de México sólo me contacta para contarme sus problemas o para enterarse en dos o tres minutos de cómo estoy.
Por supuesto, como se deduce de escritos anteriores, envidio las vidas de los que se quedaron, pero por otro lado, si siguiera yo allá algunos no vivirían vidas tan divertidas y, por otro lado, los otros seguirían mandándome a la verga. Así que, aparentemente, lo que tendría que hacer es más bien resignarme de una vez a que no fui parte de nada en mi país, antes de que me convierta de nuevo en un pinche outcast ahora en el extranjero. Por supuesto, el único problema es que no puedo mantener una plática decente ni en inglés ni en español. Qué tan mal estará la cosa que lo único que extraño de mi ciudad es el taller.
En fin, al menos aquí tengo mi tiempo completamente ocupado para no dedicarle tanto tiempo a pensar en lo jodida que está mi situación. Quizá ya sea hora de comenzar a establecerme, puesto que entre más lo considero, y especialmente sobre la base de los últimos acontecimientos, en realidad no hay mucho a qué regresar. Quizá sea pertinente dejar de verdad todo atrás e invertir tiempo y dinero en afianzarme en este país. Pero bien puede ser que sólo sea mi depresión hablando. Chale.
Fu-Manchú.
Aqui, seguro que estarías más deprimido. Imperfecciones existen en cualquier lado, la diferencia está en que aqui los chingadazos duelen más, allá no tanto. 'Ojos que no ven corazón que no sienten´ y con dinero en el bolsillo tenemos´' barriga llena corazón contento' . jajajaja no me hagas mucho caso, pero la idea es esa.Un fuerte saludo de lejitos por influencias de porky.
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