sábado, 31 de marzo de 2007

De Inscriptionem Alegoricum

De Inscriptionem Alegoricum

 

Para Gabriela. (Quizá) Ella y yo lo entenderemos…

 

Alguna vez, hablando de fantasmas

Al Espíritu invocaba ya en mi mente

Y tú perdida en fantasías evanescentes

De espíritus que no hallan calma

 

Mientras yo sólo recordaba un beso

Protegiéndolo del viento del olvido

Con misterio me entregabas un escrito

Donde declarabas “odio el queso”

 

No sé si amaste sólo a aquel que me creías

O si yo amé a alguien en aquellos días

Perdimos tiempo en esbozos de teorías

Sobre el amor, y en otras naderías

 

Quizá cruzamos aquel río fatal del griego

Separados por los laberintos que creamos

Con meros prejuicios que entonces disfrazamos

De teorías (bruscos indicios de nuestros egos)

 

Una vez nos preguntamos por qué, cómo, cuándo

Poniendo a Castaneda y Descartes como jueces

Buscando saber lo que es, invocándolo mil veces

(el amor) en la mente, sólo una vez hablando

 

Y así nos perdimos en buscar un nombre

En mis superficiales y tus taróticas cavilaciones

Ignorando el calor que en ocasiones

Hace que “amor” se rebaje a nombre

 

Ahora (confieso, un poco tarde) vivo de nuevo aquel ocaso

y le inscribo (ad ovinem): Si el amor es sólo el nombre

y el nombre es ínfimo reflejo de la Forma, ¿acaso

puedes, Rojas, determinar la Forma por el nombre?

 

JR (Ewing), 31/03/07, 04:38

 





 

La poesía nunca ha sido lo mío... como sea, aquí está este penoso hijo. Quienes no hayan visto cómo creció, trátenlo con la indulgencia propia del caso. Quienes lo conocemos desde su nacimiento, no habremos de negarle un recuerdo.

1 comentario:

  1. Y el silencio queda siempre en tu nombre... ¿qué más puedo decir que no hayas dicho tú (o yo en algún otro momento)? Tal parece que este fin de semana ha vivido en un tiempo de pesca, y piedras comunes (pero preciosas) que cogió uno en algún momento de pronto yacen de nuevo a los pies "Ah, chinga, ¿pues que no era que te habìa dejado en otro lado?" le exclamas, y casi, casi te sonrie: "LOS RIOS SE MUEVEN, HOMBRE NECIO, Y CON ÉL SE MUEVEN TAMBIEN OTRAS COSAS" (y que conste que te lo dice en mayusculas porque la pinche piedra es sabia, eh!)
     
    Yo por lo pronto... igual me la he encontrado, pero jamás me dijo que también se habìa topado contigo, será que es marzo  y justo este sábado pasaba por la Alameda y recorrí imaginariamente el trayecto de cierto kiosko al Zócalo, y aùn estando en casa me quede sola junto al mastil (para tener un buen punto de observación) a escuchar cierto concierto que termino a las 5 de la mañana. Reminicencia del mismo Rocío Durcal canta en este momento en el café internet, "Fue un placer conocerte". Es ruda la vida cuando quiere serlo.
     
    Es lindo el hijo, si me permites decirlo, son bellos ambos hijos de poesía.

    ResponderBorrar