viernes, 26 de febrero de 2010

Y... ¿en dónde está el Benito?

Cristo no quiso que los apóstoles tuviesen dominio y mando, y por eso parecía

sabio que los sucesores de los apóstoles fuesen aliviados de todo poder

mundano y coactivo...

La Iglesia puede y debe avisar al hereje que se está saliendo de la comunidad

de los fieles, pero no puede juzgarlo en la tierra ni obligarlo contra su

voluntad...

Nadie en esta tierra puede ser obligado mediante el suplicio a seguir los

preceptos del evangelio...

--Guillermo de Baskerville, profiriendo las ideas de Marsilio de Padua en El nombre de la Rosa

 

Como recordarás, lector, este humilde migrante ha calificado antes a Pablo Gómez de traidor y vendido. Y ciertamente, sus últimas y aberrantes declaraciones me  llevan a pensar que en su senectud ha adquirido el temor a Dios. Permíteme explicarte, lector, por qué.

 

Decía mi maestra Govinda, de grata y sexy memoria, que cuando sentimos que se acerca la hora de la muerte o la vemos cerca de repente comenzamos a considerar la posibilidad no sólo de que Dios exista, sino de que sea tan vengativo como en el Antiguo Testamento. Y siendo que Pablo Gómez es un miembro de la comunidad senecta que se prepara a reunirse con su creador, obtenemos el origen de su más reciente y aberrante propuesta: la eliminación completa del inciso E del artículo 130 de la Constitución Mexicana (en un momento en el que, por cierto, el PAN se opone a que el artículo 40 contenga el término "Estado laico").

 

¿Qué dice el 130? "(...) los ministros de culto no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación

política alguna. Tampoco podrán en reunión pública, en actos del culto o de propaganda religiosa, ni en publicaciones de carácter religioso, oponerse a las leyes del país o a sus instituciones, ni agraviar, de cualquier forma, los símbolos patrios". Dice Pablo Gómez en su blog (http://www.pablogomez.org/2009/12/discriminacion.html) que este "gesto grotesco" (http://www.mundodexalapa.com/noticias/index.php?option=com_content&view=article&id=2147:pablo-gomez-propone-reformar-articulo-130-de-la-constitucion&catid=36:nacional&Itemid=56) nos ha llevado a "una relación malsana. De un lado, el pragmatismo del Episcopado le lleva a querer que la Constitución se interprete a su gusto. Del otro, está vigente el compromiso constitucional de la libertad religiosa."


Por supuesto, el senador Gómez trata de manipular nuestras pobres y débiles mentecillas comparando naranjas con manzanas. ¿Por qué? Porque, al modo de ver de quien escribe, no hay un modo lógico de plantear el conflicto entre el  pragmatismo del Episcopado y el compromiso de la libertad religiosa. Esto se debe a que, de hecho, la libertad religiosa se respeta al menos legalmente: en efecto, tenemos que en México yo puedo ir por las calles echándole porras a Satán o cantando Hare Krishna sin que una patrulla me detenga. Así, no existe la relación malsana que se imagina el perredista y que pretende impregnar en nuestra mente apelando a los valores democráticos acerca de la inclusión que se nos han inculcado desde niños.


Concluye Gómez en su blog: "En este debate, hay que hacer abstracción del artículo 130 de la Carta Magna en lo que toca a la prohibición a los sacerdotes de oponerse a las leyes del país o a sus instituciones en reunión y en actos de culto o de propaganda religiosa. Este precepto es un abuso pues los ministros de culto deberían tener las mismas libertades que los demás ciudadanos. Si el arzobispo amenaza con la ex comunión, que no se le amenace a él con una multa, la cual sería más onerosa.En este debate, hay que hacer abstracción del artículo 130 de la Carta Magna en lo que toca a la prohibición a los sacerdotes de oponerse a las leyes del país o a sus instituciones en reunión y en actos de culto o de propaganda religiosa. Este precepto es un abuso pues los ministros de culto deberían tener las mismas libertades que los demás ciudadanos. Si el arzobispo amenaza con la ex comunión, que no se le amenace a él con una multa, la cual sería más onerosa".


Cabe aclarar que estas citas se refieren únicamente al derecho de los sacerdotes a la libertad de expresión. El discurso del senador en general lleva a pensar que solamente los sacerdotes son víctimas de esta "discriminación". Pero eso sería una afirmación completamente falsa, como podrá corroborarlo todo soldado o policía o, incluso, político. Al parecer de quien escribe, sólo el ciudadano puede hacer uso de la "tribuna pública", llamémosle así. Un soldado, un policía, pueden opinar lo que quieran mientras no ostenten la calidad de tales, en cuyo caso serían ciudadanos. Un ministro de culto no puede opinar desde el púlpito como ciudadano porque, para empezar, el púlpito no es "tribuna pública". Intenta, lector, subirte un día ahí a disertar y vas a ver a dónde te mandan, y eso si no te linchan. Y un sacerdote que divulgue sus opiniones en las calles con sus paramentos encima tampoco es ciudadano, en tanto que su misma indumentaria proclama que no es un ciudadano, sino un súbdito del orden monárquico eclesial. Entonces, aclarando mi punto: un sacerdote en tanto que sacerdote no es un ciudadano, al mismo modo del policía y del militar y del político. Cuando tal hombre deja de lado su condición de sacerdote y lo que ella conlleva (cuando está "fuera" de su trabajo de sacerdote, y sin los recursos de la Iglesia, se entiende), se convierte en un ciudadano con plenos derechos. Tal como el soldado y el policía cuando entregan su arma de cargo, se quitan el uniforme y se van a casa a descansar. Y dejemos de lado la comparación sobre cuál es más oneroso, una multa o el alma inmortal.


Víctor Hugo Romo, traidor perredista en ciernes, argumenta que el inciso E del 130 constitucional es "letra muerta, pues algunas organizaciones religiosas no lo cumplen, por esta razón se debe de modificar el artículo, como lo propuso el senador Gómez" (http://www.milenio.com/node/390602). Fu-Manchú, Antiguo Maestro de los Siete Bosques de Vancouver, WA, respetuosamente difiere. Si hay leyes que por no ser cumplidas son "letra muerta", debe forzarse su aplicación, no ponerse en automático a modificarlas. Hagamos una demostración por reducción al absurdo: hay numerosos rateros que convierten en "letra muerta" las leyes contra la ratería. En tanto que tal, y por cuanto que son "letra muerta", modifiquémoslas a fin de que la ratería deje de ser un delito. ¿Qué tal, eh? Pronto, quien escribe habrá de postularse para un puesto de "elección" "popular" por el PRD.


Mas continuemos. Gómez, de un modo por demás mañoso, quiere centrar el debate sobre el inciso E del 130 en el tema de la libertad de expresión que, como ya se ha expuesto, no se le menoscaba a ningún ciudadano en términos constitucionales. Y al hacer esto, pretende que la población no se entere de que al desaparecer dicho inciso, los ministros de culto de cualquier denominación podrán agruparse del modo que gusten con fines políticos. ¿Qué tal el Partido Auténtico de la Santa Muerte? ¿O el Partido del Frente Satanista de la Destrucción Nacional? ¿O el Partido Popular HareKrishna? Así las cosas, aunque el senador pretende defender al Estado laico ("para el Estado laico existe un terreno en el que las diferencias se pueden resolver: el de la democracia", http://www.mundodexalapa.com/noticias/index.php?option=com_content&view=article&id=2147:pablo-gomez-propone-reformar-articulo-130-de-la-constitucion&catid=36:nacional&Itemid=56), la presencia de una organización político-religiosa sería de hecho una negación del laicismo. En efecto el laicismo "defiende, favorece o impone la existencia de una sociedad organizada aconfesionalmente, es decir, de forma independiente, o en su caso ajena a las confesiones religiosas." (http://es.wikipedia.org/wiki/Laicismo) Tal sociedad no es posible en un régimen donde toda organización religiosa, mediante su órgano político, puede a acceder a toda instancia de gobierno. Por otro lado, ya hemos visto el resultado de tener gobiernos no laicos gracias al lamentable régimen panista.


Además, lector, debes saber que México ha pagado con mucha sangre la intromisión de la Iglesia en las cosas políticas. La sangre, la vida humana son cosas inconmensurables, invaluables. Nadie ha podido fijarles un valor, hasta hoy. El traidor Pablo Gómez, en el paroxismo de su iluminación, ha logrado lo que ni matemáticos ni filósofos han podido: ha determinado el valor de las vidas perdidas gracias a los conflictos animados por la Iglesia. Y ha llegado a una inquietante conclusión: la jerarquía católica ya "pagó la factura" que le cobró el Congreso Constituyente de 1917. Cree que "esa factura no tenemos por qué mantenerla hoy" (http://www.eluniversal.com.mx/notas/661578.html). Fu-Manchú, Antiguo Maestro de los Siete Bosques de Vancouver, WA, respetuosamente difiere.


Permítaseme expresar mi diferencia primero con preguntas. ¿De qué modo ha pagado tal factura la Iglesia? ¿En qué términos la impuso el Legislador? ¿En qué se basa Pablo Gómez para decir que la deuda por tantas vidas perdidas, por tanto atraso, ha sido ya pagada? A sus años, Gómez ya debería estar consciente de que la mayor parte de las veces el sacerdote se sirve a sí mismo y a su Iglesia, no a su grey. Y los jerarcas sólo le sirven a un rey, que está en la tierra, no en el Cielo. Que Dios Santísimo y Misericordioso me fulmine cuando los Onésimos, o los Norbertos, u otros animales de su calaña estén en posición de gobernarme, pues como bien dicen que dijo aquel: al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.


Así pues, permíteme, lector, invitarte a que no hagas oídos sordos a las iniciativas de traidores como Pablo Gómez (quien ha recibido ya el beneplácito de influyentes panistas como Santiago Creel), sino más bien las aprecies por lo que son: un ataque más a tus libertades disfrazado bajo la bandera de la defensa de las libertades. Y no te quedes callado. Coméntalo con el taxista, con el puestero, hasta con tu muy horripilante suegra michoacana (todos tenemos una). Toda nación tiene el gobierno que se merece. Así que, aunque sea de a uno por uno, hagamos que México se merezca uno mejor.


Fu-Manchú

Los Siete Bosques de Vancouver, WA

26 de febrero de 2010, 04:00 pm PST

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario