lunes, 17 de marzo de 2008

¡Dalí!

¡Dalí! ¿Dónde infiernos andarás metido? Te lo pregunto porque, en estos días, nadie está exento de pisotear tu ilustre memoria y la del ilustre movimiento del cual fuiste parte. En efecto, en este país que alguna vez habrás oído mencionar, todos abusamos de la palabra "surrealismo". Tú mismo dijiste alguna vez que "nunca volveré a un país que es más surrealista que mis pinturas", en referencia a México.

 

Según me explican en alguna oscura enciclopedia, "surrealismo" viene del francés, y significa "por encima" del realismo. Me pregunto si eso puede aplicar a un país como México. Si uno se pone medio científico (un tema que seguro no es muy del agrado de mucha gente), estando suspendidos en el ilusorio medio de la nada no podemos hablar de "arriba" y "abajo". Más sencillo: si no sabemos ni dónde estamos ni hacia dónde vamos, podemos hablar de que subimos cuando en realidad vamos para abajo, como el agua en cierta carretera de Colima.

 

Tú mismo, Dalí, hablabas del surrealismo de una república (mi maestro de Física en Secundaria, Chávez, decía que era la "Res Pública". Claro que, como todo idiota abogado debería saber, "Res" significa "cosa" o "asunto", cosa que no sabía entonces. Si algún indigno practicante de esa carrera lo duda, reclámele a Umberto Eco, quien me lo enseñó) que en realidad no lo poseía. En efecto, algunos pintores o escultores como tú o Carrington o Varo pretendieron fijar imágenes de sueño, imágenes que violan sin ensalivar la lógica normal. Sin embargo, tú y yo sabemos que las cosas que hacen que a México le llamen surrealista obedecen a una lógica bien clara: son consecuencia del clasismo, del racismo, y tantos y tantos ismos que no mencionaré, pero que constituyen sólo una apariencia bastante distante de lo surreal.

 

Por todo lo dicho, lo consideran "por encima" de la realidad aún sin saber dónde está esa elusiva "realidad". Bien podríamos estar por debajo. Claro que hablar de "subrealidad" me es inalcanzable, al menos por ahora. Pero quizá podamos ponerlo de esta manera. Si para los surrealistas el sueño era algo que no pertenecía a la realidad cotidiana, entonces propongamos el "subrealismo" como otra cosa ajena a la realidad cotidiana, pero de un grado inferior. ¿Por qué inferior? Mientras que al sueño la realidad le vale madres, las cosas "subreales" pretenderían ser reales (o surreales). ¿Mucho enredijo?

 

Sí, en este ejercicio satírico pongámoslo de esta manera: Algo "subreal" por excelencia serían las telenovelas. En efecto, tenemos adefesios como "Central de Abastos" o "Alma de hierro" (¿se llama así?). Quien haya andado por la Central de Abastos, o que al menos haya sido lo suficientemente pobre para no comer un día o comer arroz cocido con palomas de la Iglesia, sabe que en el barrio está cabrón para que haya gente bonita o para que haya perdón o para que alguien sea razonable. No es imposible, pero es difícil. Estas telenovelas pretenden "retratar" la realidad. Aunque lo cierto es que la vida no es tan sencilla o despreocupada en esos sitios como lo pintan en la tele.  Y la mayoría estamos bastante feos. En ese sentido, el más real es Daddy Yankee: está feo como barro de adolescente y no manifiesta grandes pretensiones. Y lo surreal, claro, sería un güey de trajecito empujando un diablo cargado de billetes a lo largo de un cielo hecho de diamantes, con una cara a la vez hermosa y arquetípicamente terrible. Es el ejemplo más claro que se me viene a la mente para explicarte, Dalí, por qué México como generalidad no es surreal. Y me imagino que habrás pelado los ojotes que siempre solías pelar en las fotos.

 

No obstante, aunque en lo general México no es surrealista, hay detalles que marcadamente lo parecen. Quizá el que más me ha gustado de esta semana es uno que te va a dejar, mi estimado Chavita, con el ojo surrealistamente cuadrado. ¿Conoces a los "emos"? Supuestamente, la idea émica se podría resumir en "everything is fucked, everybody sucks (including me)". Pues bien, aquí también hay punks. Y entonces, resulta que los emos, sacando fuerzas de flaqueza y levantándose de su postración vital, deciden manifestarse para defender su derecho a existir (claro que, asumiéndose desmadrados por todos, exigen el respeto a una libertad que se apoya en la ley... raro, ¿no? Surrealista, casi diríase).

 

Y los punks, que se consideran una suerte de "anti-anti", pus se aparecen para desmadrarlos por la justificación que gustes: por validar al Estado represor al exigirle libertad, por ser tan intolerablemente estúpidos, etc. Y comienza la madriza. Los emos repartiendo madrazos desde lo más hondo de su herido (¿por qué?) corazón y los punks repartiendo catorrazos desde lo más profundo de sus mohicanas (o sus calvas artificiales). Y la policía llega marchando y los otros quieren seguir peleando y, cuando van a empezar los macanazos, ¡chin!

 

Unos y otros voltean con desconcierto hacia la estación del Metro Insurgentes, donde unos címbalos y tambores (aparentemente sin orden ni concierto) suenan en las manos de unos calvos surgidos de las entrañas de la Tierra (quien lea esto dirá que soy un obsesionado del sexo). Así es: un pretendido grupo de choque del Hare Krishna llega a meter paz (que no "¡paz!" como onomatopeya) entre policías, emos, punketos y alguno que otro colado que sólo anduviera por allí por el mero placer de la trifulca. Y no me vas a creer, pinche Chava, ¡funcionó! Funcionó tan bien que, para mantener ese clima de anonadada paz y desconcertada cordialidad, las autoridades permitieron que a punks y a emos se los tragara la Tierra gratuitamente: permitieron la entrada gratuita al metro de la bola de barrabravas. Eso sí, primero una facción y después la otra. ¡Hare, Hare!

 

Así es, Dalí. ¿Dónde andarás? Tus ojos clínicos (no explicaré esa fina ironía) estarían deleitados captando detalles en México. En los detalles está el Diablo, y créeme, si hay algún surrealismo en México, se escapa a lo que viste desde esa cima a la que te llevó tu arte. Pero el poco que hay, es riquísimo. ¿Cómo le habrías llamado a tal cuadro? Ni pinche idea. Pero igual y hubiera terminado siendo algo como "Punks, emos y policías perseguidos por el Hare Krishna surgido del inframundo". Nel, eso parece casi encabezado de nota de la sección policiaca o de película de luchadores. Y ya no hablemos de un lugar llamado "Dada X" (¡!), donde hasta cadenero tienen en la entrada, o del reino del revés, donde nada el pájaro y vuela el pez, etc...

 

Y antes de que alguien diga que copio al güey del "Epistolario", diré que esto no es propiamente una carta. Estoy platicando con Dalí.

 

Fu-Manchú

Las Siete Montañas de Tláhuac.

17 de Marzo de 2008, 01:26 am.

 

PD: Mis mejores saludos para mi amigo Ian Soriano, a quien felicito ante la próxima publicación de su nuevo libro, y agradeciéndole de nuevo el gran honor de haberme invitado a prologarlo. ¡Buen desmadre, mi buen Ian!

4 comentarios:

  1. Ya de regreso¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ eso es bueno y como siempre sorprendiendo al público con nuevos temas, a veces te envidio, porque aun tienes tiempo de pensar, tal vez cuando me harte del trabajo o me case con un rico (jajajaja, eso ni yo me lo creí) retome mis plumas y escriba por placer. Mientras tanto, te mando la letra de la canción de Mecano y aprovecho los viajes en microbus para digerir tu texto y mandar un comentario, tu sabes no me gusta quedar en ridículo.
     
    Besos
     
    Carmen
     
    Dali se desdibuja tiritas su burbuja al descontar latidos Dali se decolora porque esta lavadora no distingue tejidos
    Y se da cuenta y asustado se lamenta los genios no deben morir Son mas de 80 los que curvan tu osamenta, Eugenio Salvador Dali
    Grito terroco coco de donde acaba el genio a donde empieza el loco mirada deslumbrada de donde acaba el loco a donde empieza el hada
    En tu cabeza se comprime la belleza como si fuese una olla express es el vapor que va saliendo por la pesa magica luz en Cadaqués
    Si te reencarnas en cosas hazlo en lapiz o en pincel y cada vez tienes sedosas que lo haga en lienzo o en papel
    Si te reencarnas en carne vuelve a reencarnarte en ti que andamos justo de genios Eugenio Salvador Dali
    Realista y surrealista con luz de impresionista en trazo impresionante delirio colorista con lirio y oculista de ojos delirantes
    En tu maleta mezclas misticos aztecas con marionetas y con tetas y en tu cerebro gala dios y las pesetas en cada ladara coleta
    Si te reencarnas en cosas hazlo en lapiz o en pincel y cada vez tienes sedosas que lo haga en lienzo o en papel
    Si te reencarnas en carne vuelve a reencarnarte en ti queremos genios en vida queremos que estes aqui Eugenio Salvador Dali

    ResponderBorrar
  2. Sí, alguna ves me puse a preguntarle cosas así a Dalí, pero ya me conoces, yo pregunto más con inocencia que con insolencia aunque... creo que esto termina por ser más insolente. Jeje. Me imagine el cuadro... me imagine a Dalí, me imagine a Ana Torroja encabronada... aunque màs bien serìa a uno de los Cano... Me imagine... a todos estos monitos de los cuales en un tiempo me aprendí su nombre, Varo no hizo mucho gesto, nomás se sonrío, siempre me la he imaginado más sobria, en representación de Carrington el gobierno del Distrito Federal enrojeciò los ojos (pero ya sabes que los representantes no suelen ser muy representativos), al fundador de todo el relajito (del cuál, lo juro, sabía su nombre y lo he olvidado) sólo le salío una risa apacible, compañera de la de Dalí que en mezcla de extrañeza, sentimiento de evidencia y ridiculo sinceramente soltó una carcajada, de esas que nunca me he logrado imaginar: se ve tan "surrealista" que siempre me pregunte si el hombre sabía hacerlo. Y a todo esto, al final, salío uno de mis dibujos, volteando... lo miré y preguntó sin mirarme, más bien mirando hacia acá, ¿la cosa de verdad pasó así? Y yo nomás le dije, ¡chale! ¿cómo es que no estuve ahí?
     
    Besos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
     
    P.D. El titulo del cuadro efectivamente parecía encabezado. Jajajajajajajajajajaja, al final, pregunta: ¿era darle la razón a Dalí o cuestionarlo? Ah! Sí! Que no se me pase decirlo, este estuvo muy bueno, lastima que el 50% de tus lectores hayan muerto a manos del aguacate (Chale, la imaginación que viene, y viene, y viene...)

    ResponderBorrar
  3. Sí, alguna ves me puse a preguntarle cosas así a Dalí, pero ya me conoces, yo pregunto más con inocencia que con insolencia aunque... creo que esto termina por ser más insolente. Jeje. Me imagine el cuadro... me imagine a Dalí, me imagine a Ana Torroja encabronada... aunque màs bien serìa a uno de los Cano... Me imagine... a todos estos monitos de los cuales en un tiempo me aprendí su nombre, Varo no hizo mucho gesto, nomás se sonrío, siempre me la he imaginado más sobria, en representación de Carrington el gobierno del Distrito Federal enrojeciò los ojos (pero ya sabes que los representantes no suelen ser muy representativos), al fundador de todo el relajito (del cuál, lo juro, sabía su nombre y lo he olvidado) sólo le salío una risa apacible, compañera de la de Dalí que en mezcla de extrañeza, sentimiento de evidencia y ridiculo sinceramente soltó una carcajada, de esas que nunca me he logrado imaginar: se ve tan "surrealista" que siempre me pregunte si el hombre sabía hacerlo. Y a todo esto, al final, salío uno de mis dibujos, volteando... lo miré y preguntó sin mirarme, más bien mirando hacia acá, ¿la cosa de verdad pasó así? Y yo nomás le dije, ¡chale! ¿cómo es que no estuve ahí?
     
    Besos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
     
    P.D. El titulo del cuadro efectivamente parecía encabezado. Jajajajajajajajajajaja, al final, pregunta: ¿era darle la razón a Dalí o cuestionarlo? Ah! Sí! Que no se me pase decirlo, este estuvo muy bueno, lastima que el 50% de tus lectores hayan muerto a manos del aguacate (Chale, la imaginación que viene, y viene, y viene...)

    ResponderBorrar
  4. !!!! Como vez, con s? O sea... Chale...

    ResponderBorrar