Las exhibiciones de odio pueden ser más obscenas y degradantes que las del apetito carnal...
--JLB, Una pedagogía del odio
Así es, lector. Supongo que en tu ideal e imaginario mundo el odio es solamente una entrada en algún diccionario, pero en este mundo mío, no menos imaginario que el tuyo pero en mi caso más propio (quizá propicio), el sentimiento aquel es artículo de fe, excusa y valor moral. En vista de ello, permíteme compartirte una pequeña relación de las cosas que odio y que desprecio y, al mismo tiempo, dale mis mejores saludos a Flo, perdida en algún barbárico y adorable lugar del Estado de México que, por supuesto, no será menos barbárico y adorable que mi país, a tantos miles de pesos y kilómetros de mí.
Hígado: Sí, así es, lector. Hígado en todas sus presentaciones y disfraces posibles. Se me dice que cuando era bebé comía con fruición y placer hígados de pollo cocidos; yo les contesto que el hambre es cabrona. Además, me caen en la punta de la pistola los pinches "higaditos", como se le conoce a individuos en los que el tamaño de su autoestima no se corresponde con el tamaño de sus cualidades. Y no se diga sobre los hígados encebollados, o el horripilante paté de foie gras, o una larga lista de alimentos elaborados con tan desagradable ingrediente. Eso incluye, por supuesto, el aceite de hígado de bacalao. PUAJ!
Maniqueísmo panista: Tenemos que el maniqueísmo tiene sus raíces en Asia, y sutilezas aparte, postula que el mal ejercido por el hombre no es producto de su libre albedrío sino de una voluntad divina equivalente a la de Dios, pero opuesta. Una derivación de los maniqueos, los cátaros, proponían que por esa importante razón los juramentos carecen de valor y no es posible castigar el mal. Sin duda, lector, habrás tenido el dudoso placer de conocer a más de un panista (yo tuve la desgracia de conocer a un afiliado al PAN que después se convirtió a la izquierda y, sabido como es que no hay creyente más celoso que el converso, se transformó en un auténtico zelota para quien toda moderación es un bonapartismo y una traición a la izquierda). Entonces habrás notado que, desde el más insignificante junior de barrio hasta el presidente de la república mexicana ejercen un maniqueísmo cátaro de facto: no cumplen sus promesas, no se responsabilizan de sus errores, y además no les interesa en lo más mínimo castigar los de sus antecesores. Dime, imaginario lector, si no son mamadas. Y antes de que me repliques que eso también aplica al PRI, déjame refutarte diciéndote que el PRI es sencillamente amoral. O sea, que les vale madres.
Las Chivas de Guadalajara: O sea, no mames. En "El nombre de la rosa", uno de los personajes menciona que "la verdad es la adecuación entre la cosa y el intelecto". Y es por eso que me caen en la punta de la verga las "chivas". Permíteme explicarte, lector, por qué. Por principio de cuentas, se asumen como el "equipo del pueblo", aunque ese título lo ostentó antes de ellos el Atlante. Claro que no cualquier Juan Pueblo puede ser miembro del Club Guadalajara. Después de eso, salen conque "sólo jugadores mexicanos". A ver, ¿no es eso discriminación? Digo, porque los migrantes somos apestados en este país debido a que no hemos nacido aquí. Así pues, ¿todo extranjero será impedido de jugar en Chivas sólo porque no es mexicano? Insisto: eso se llama D I S C R I M I N A C I Ó N R A C I A L. Por otra parte, el imaginario de los aficionados de las "chivas" les indica que son el equipo más mexicano posible. Entonces, ¿por qué el escudo tipo español del estado de Jalisco combinado con los colores de la bandera francesa en el uniforme? Me cae de madres que no veo nada mexicano ahí, salvo los jugadores y eso por motivos raciales. Y preguntémonos además, lector, ¿cuántos mexicanos pueden identificar el escudo de armas del estado de Jalisco? Es por eso que las "chivas" de Guadalajara son un error: no existe adecuación entre esa abominación y lo que se piensa de ella. Y además le voy al América.
Traición: Nunca me digas que hiciste algo que me perjudica porque me querías. Si vas a andar conmigo es en las buenas y en las malas, para bien y para mal, y que Dios nos ayude y nuestra inteligencia nos ampare. Así que no me vengas con ondas.
Chantaje: He llegado a la conclusión de que el chantaje es una desagradable e inevitable consecuencia... mmm... más bien, efecto colateral de volverse vulnerable frente a otra persona, lo cual parece ser un requisito indispensable para toda relación amorosa viable. O sea: o tienes vieja o tienes fortaleza. Me pregunto por qué no se pueden las dos. Quizá habría que postular de nuevo el machismo, o como decía Kane, "Paz por medio del poder". Pero, valiendo madres, soy un desafortunado partidario de... se llamaba... ¿cómo se llamaba?... ¡ah, sí! Chema Napoleón. Decía "Si has de tener una rosa/tienes que mirar la espina/si no sabes del dolor/no sabrás de la alegría".
Podría extenderme, lector, pero mañana debo trabajar por la mañana. Por lo pronto, te anticipo que habrá otra entrada sobre este tema, amén de que te anticipo el notición: la sexta temporada de House, M.D. comienza el 21 de septiembre a las 10 pm PST con un capítulo de dos horas. ¡Ay, a huevoooo! ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!
Hasta más ver, mi imaginario lector.
Fu-Manchú
Los Siete Bosques de Vancouver, WA
22 de julio de 2009, 01:16 am PST